Un pueblo con encanto y una casa especial allanaron el camino. Enmarcada en el espectacular paisaje de Valderrobres con una planta de 98m2, todo fluyó para convertir esta vivienda de campo en un centro de yoga.
A la hora de plantear este nuevo reto sólo necesitábamos que el espacio y el entorno permitiera desarrollar la actividad a la que iba a ser destinado.
De planta sencilla, de base, construida en su inicio con buenos materiales y en el mejor entorno, surgió fácil la conversión.